Transporte de Mercancías por Carretera en Otoño
Oct 18 2019 0

Prevención y anticipación, claves para el transporte de mercancías por carretera en otoño

Llega el frío, la lluvia, el mal tiempo… lo que complica el estado de las carreteras. Ante esta situación, las claves para llevar una conducción segura son prevención y anticipación, sobre todo en el transporte de mercancías por carretera. En otoño e invierno, la distancia de seguridad, adecuación de la velocidad al estado de la vía y de la circulación, la visibilidad… cobran mayor importancia.

El conductor de cualquier vehículo, pero sobre todo en el caso de transporte de mercancías por carretera, debe estar siempre preparado para reaccionar ante cualquier tipo de imprevisto, los cuales es más probable que se produzcan si las condiciones meteorológicas no son buenas. Además, ante un tiempo adverso, estos imprevistos suelen entrañar mayor peligro.

Para prevenir o reducir situaciones de riesgo, la anticipación resulta fundamental. Debemos, pues, observar el entorno, fijando la atención a la mayor distancia posible. De este modo, la visión periférica nos permite ‘ver sin mirar’ la zona que queda dentro de nuestro campo visual, de forma que apreciaremos los movimientos que se produzcan dentro del mismo.

Por otro lado, debemos advertir con antelación las maniobras que vayamos a realizar, efectuándolas de forma que evitemos indecisión y brusquedad.

Al tratar de anticiparnos, ganamos capacidad de reacción, en tiempo y en espacio. Para ello, es importante, entre otras cuestiones, ‘ser desconfiados’ ante las posibles acciones de otros conductores, con especial atención en incorporaciones y cruces.

Otro detalle muy importante es acondicionar el interior de la cabina. La temperatura ideal que debe darse en cualquier época del año debería oscilar entre los 20 y los 22 grados centígrados. Una temperatura más elevada puede inducir somnolencia, lo que puede afectar a nuestra capacidad de atención y de reacción.

Cómo evitar percances en el transporte de mercancías por carretera en otoño

En otoño, nuestros principales enemigos meteorológicos son el viento y la lluvia.

  • En caso de que haga viento, hemos de prestar atención a posibles desplazamientos laterales e, incluso, vuelcos. Para prevenirlos, hay que reducir la velocidad y no circular utilizando marchas excesivamente largas. También es importante sujetar firmemente el volante para corregir las desviaciones que se pueden producir cuando se pasa de una zona protegida como un talud un túnel, a una zona desprotegida, o viceversa. En estos casos, el golpe de viento o el cese repentino del mismo puede provocar un movimiento brusco del vehículo.

  • Ante un asfalto mojado, los riesgos más habituales son la pérdida de adherencia de los neumáticos y el alargamiento de la distancia de frenada, así como la reducción de la visibilidad y la fatiga que esto provoca. En este caso, conviene recurrir a fraccionar las pausas obligadas que impone el tacógrafo. Con un asfalto mojado, hay que incrementar la distancia de seguridad y reducir la velocidad en función de la intensidad de la lluvia. Asimismo, debemos encender las luces, incluso las antiniebla si la lluvia en muy intensa, para ver y para que nos vean. Además, hay que efectuar toques cortes y suaves con el freno para eliminar la humedad en las zonas de contacto, ya que puede perjudicar su eficacia.

  • Por otra parte, con firmes deslizantes, conviene desactivar los automatismos del sistema de frenado vinculados a ayudas auxiliares, como el retárder, que solo actúa sobre el eje de tracción. Si entra en acción de una bajada, puede provocar un desequilibrio en el movimiento general del vehículo, pudiendo desencadenar lo que denominamos ‘tijera’. En con ABS y EBS, estas ayudas desconectan el retárder si detectan que se va a producir este fenómeno. Con lluvia, nieve o hielo es más aconsejable, aunque siempre con prudencia, recurrir al freno de servicio, porque trabaja sobre todas las ruedas.

Desde Hermanos Laredo, empresa de transporte de mercancías por carretera, esperamos que estos consejos os sean de utilidad. La conducción profesional es una función que conlleva una serie de riesgos que aumentan con el mal tiempo. ¡Y toda precaución es poca!

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